Una conversación con
amigos de toda la vida.
Vale para darse cuenta
de que una frase del tipo 'tío es que ahora está flaca y rubia
(flaca, flaca, flaca, unas diez veces)
y yo le hubiera hecho un favor si hubiera estado así con 15 años'...
era el run run de mi adolescencia,
en la que una se tragaba todo lo que escuchaba
'casi' sin protestar.
Hoy estas palabras brillan como purpurina.
El sonido de las voces de esos hombres
que, por fortuna, casi no ves.
Esas voces que no están ya en tu cotidianidad
se parecen mucho a aquella imagen en el espejo:
cuando una se miraba
y no reconocía el cuerpo que tenía,
en los ojos que se reflejaban.
O a esas palabras que refuerzan menos tus cualidades
y tu valía
que tu aspecto físico.
O esas que ponen por delante la cara
y por detrás te tiran piedras en el camino
para que te caigas.
Pero yo no me caigo
y si me caigo, me levanto.
K